El legítimo quinto Beatle

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fue ese hombre maduro que pudo aprovechar al máximo las virtudes musicales y talento de cuatro desordenados jóvenes oriundos de Liverpool.

 

Por Patricio Iglesias

A estas alturas hablar de George Martin, ese espigado y elegante hombre con traje de oficina que aparecía en muchas fotos o películas blanco y negro con cuatro jóvenes procedentes de Liverpool, es casi un lugar común por su fallecimiento a los 94 años.

 

Martin era el quinto Beatle, el legítimo, pues no solo fue el productor que los llevó al éxito, sino que complementó o ayudó a estructurar el sonido que hizo famoso al cuarteto a nivel mundial, con un legado notable hasta hoy.

George Martin era pianista, músico de sesión, director de orquesta y productor de Emi Odeon, cuando Brian Epstein llevó al cuarteto a una prueba de sonido. El grupo en esa época lo integraban John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Pete Best. La forma de tocar del hombre del jopo no le gustó a Martin y fue así apartado del conjunto, una decisión que no dolió en demasía a sus compañeros, quienes tenían como su sucesor a Richard Starkey, más conocido como Ringo Starr, con quien ya habían tocado en vivo como baterista sustituto.

Los cuatro se presentaron a grabar y Martin, sorpresa, dejó a Ringo fuera y el grupo hizo Love Me Do acompañado por un baterista de sesión. Este hecho sería recordado por años por Ringo, quien se hizo muy amigo de Martin, quien después destacaría el aporte del percusionista de los anillos y en especial su forma distendida, pero profesional para trabajar.

 

martin-conducting-beatles2De ahí la colaboración fue ascendente. Martin fue quien vaticinó que “Please Please Me” sería su primer número uno y así fue. Con los años y el éxito ascendente del cuarteto fue sofisticando sus intervenciones con, por ejemplo, el arreglo de cuerdas de “Yesterday”.

 

Sin ir más lejos la etapa más experimental de The Beatles tuvo en Martin un importante apoyo musical. Por ejemplo con canciones como “For No One” de Revolver, así como composiciones fuera de toda lógica, con cintas grabadas sonando al revés, como es el caso de la canción “Tomorrow never knows” de John Lennon en Revolver o las elaboradas estructuras de “A day in the life” o el foxtrot de “When I’m Sixty Four” de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de 1967 y que es un punto de inflexión en la música del grupo y mundial.

 

Sin embargo en 1968 la colaboración de Martin, tras el revolucionario White Album, fue reemplazada por otro productor, Phil Spector, autor del denominado muro de sonido, consistente en poner un arreglo de cuerdas y varios instrumentos, provocando una distorsión y agregando partes a una melodía, para el proyecto conocido como Let It Be, que originalmente debía llamarse Get Back.

 

En 1969, cuando las relaciones en el grupo estaban en su punto más bajo, Lennon y McCartney decidieron grabar un nuevo disco y que George Martin fuera el productor. Así dieron vida al legendario Abbey Road, cerrando la era Beatles. Sus méritos están marcados en todo el disco, en especial la balada Something, los arreglos del lado B, el potpurrí de canciones cortas y entrelazadas con arreglos de cuerdas y vocales y ese inolvidable y único solo de batería de Ringo.

 

The-Beatles-y-George-MartinMartin después trabajó con Paul McCartney en sus primeros discos solistas, así como hizo colaboraciones con Elton John, y otros consagrados que buscaron su talento.

 

En 1990 fue jurado del Festival de Viña del Mar, en un evento donde pasó inadvertido frente a Chayanne o Miriam Hernández. Incluso la desaparecida revista Rock & Pop ironizó que en el certamen había “ampliado su currículum” musical.

 

La dependencia The Beatles-Martin y su retroalimentación es una de las más célebres de la música popular. Ahora Martin se unió a John y George en otros mundos, como en los viejos buenos tiempos.

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Author: Su Lay

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